Muchas empresas para llegar al Éxito antes han pasado por el Fracaso.
En el pasado post te hablé de Smirnoff.
Como un error de un operario junto a la genialidad de un vendedor, catapultó a Smirnoff al éxito.
Lo sacó de la bancarrota.
Hoy te cuento otro de los grandes.
– Un propietario que dio nombre a su empresa.
– Un propietario al que seguro que conoces.
– Un propietario que arranca sonrisas a grandes y pequeños.
Este propietario del cual te hablo, lo despidieron de su primer trabajo por falta de imaginación.
Su primer estudio se llamaba Laugh-O-Gram Studio.
En Missouri.
Te estoy hablando del 1922.
Esta empresa se dedicaba principalmente a la producción de cortometrajes de cuentos de hadas.
A pesar de su creatividad y ambición.
El estudio se enfrentó a problemas financieros casi desde el principio.
Sus clientes no le pagaban.
Los derechos de autor y los copyrights de sus producciones no eran suyos.
Acabó en Banca + Rota.
Cerrando el chiringuito.
Esta empresa sigue al pie del cañón!
Petándolo por doquier!
Ha explotado la marca de tal forma, que la venta cruzada, es parte de su clave del éxito.
– Parques de atracciones.
– Producciones de cine, música y televisión.
– Licencias y franquicias.
– Plataformas digitales.
– Videojuegos.
…
Te hablo de Walt Disney.
En el 22.
Ante tal fracaso, vendió su cámara y con los escasos recursos que le quedaban compró un billete con destino California.
Hollywood.
Fundó la compañía que más tarde se convertiría en The Walt Disney Company.
Este fracaso temprano y los desafíos que enfrentó fueron fundamentales en la carrera de Walt Disney.
Le enseñaron lecciones valiosas.
Sobre negocios.
Sobre resiliencia.
Y sobre todo la importancia de la persistencia en cada proyecto.
Walt Disney fracasó y le sirvió como aprendizaje.
Lanzó a otra dimensión lo que es hoy su empresa.
Me pregunto yo…
Si los fracasos nos enseñan lecciones tan valiosas.
¿Realmente pueden llamarse fracasos?
Ahí lo dejo.
Un fuerte abrazo,
Luis