Quieras o no, la tecnología está omnipresente en nuestro día a día.
Móviles llenos de aplicaciones.
Relojes que te miden hasta tu próxima erección.
Cómo bien sabes, todo lo que envuelve a las tecnológicas ha convertido a muchos fundadores y directivos en multimillonarios.😎
Apple, Google, Meta, Microsoft, Tesla…
Dirigidas por grandes Directivos.
Directivos que pueden influir en gobiernos
Directivos con gran afán de poder y donde la pasta le sale por las orejas.
En fin,
Con tu mundo en la palma de su mano.
Mira,
Vishal Garg, CEO de Better .com despidió por Zoom a 900 personas.
Así, sin parpadear.
Como quien no quiere la cosa.
Elon Musk.
Se ventila al 80% de la plantilla de su nuevo juguetito
Twitter.
Luego se ve obligado a recontratar parte de la plantilla despedida.
Me explota la cabeza intentando pensar cómo se hacen este tipo de despidos.
CTRL+ALT+DESPEDIR, fácil!
Spotify.
El CEO Daniel Ke despide al 17% de la plantilla.
1500 trabajadores.
Cualquiera podría llegar a la conclusión de que prescindir de 1.500 personas tendría un impacto en el rendimiento.
Lo que sea que hicieran esas personas, iba a dejar de hacerse.
Lo sorprendente es lo siguiente.
Daniel en un artículo en la revista Fortune.💰
En el hormiguero, No.
En Fortune.
Se sorprendía de lo mucho que había afectado el despido en bloque, aunque fue la decisión estratégica acertada.
Daniel añade: “estos despidos interrumpieron nuestras operaciones diarias más de lo que esperábamos.”
Whaaat?
¿A caso no era previsible?
No dudo que fueran todos estos casos las decisiones correctas.
Para nada juego esta liga, ni la jugaré.
Es otro nivel, otra dimensión.
Pero no me jodas Daniel, esto era predecible.
Lo que me sorprendió es que esta forma de actuar.
Tiene un nombre.
Se llama Síndrome de Hubris.
Acuñado en el 2008.
Por David Owen.
Excanciller Británico.
Este, muy acostumbrado a manejarse en entornos de poder.
Investigó y describió la patología.
Afecta a las personas que ejercen el poder en cualquiera de sus formas.
Hubris significa arrogancia.
Falta de Humildad y Empatía hacia los empleados.
Lo curioso de este fenómeno.
Tan pronto desaparece esa exposición al poder, desaparece el síndrome y la persona recupera su conducta natural.
Entiendo que en ocasiones se tengan que hacer reducciones de personal en plan Bestia, para intentar reflotar el buque.
Volviendo a nuestra realidad.
A la de las PYMES.
Para nada soy partidario del gatillo fácil para mejorar la cuenta de resultados.
Creo en buscar los puntos fuertes y readaptar.
En pensar alternativas que generen más valor a nuestros clientes.
Aunque en ocasiones para no hipotecar tu proyecto.
Hay personas, que no tienen tus mismos valores, no están alineados con tu proyecto o simplemente no les gusta lo que hacen.
En esos casos hay que tomar decisiones.
Siempre recordaré a cada una de las personas que por circunstancias varias he tenido que despedir.
Ese sentimiento agridulce se queda grabado para siempre.
Por lo menos a mí.