Hoy te hablo de un animal.
De un mito.
Y de un sesgo cognitivo.
Te hablo de algo que sucede en muchas ocasiones.
El avestruz es el ave más alta del mundo.
Si jugara en la NBA, LeBron James a su lado parecería Tyrion Lannister.
Los machos pueden medir hasta 3 m!
Pueden llegar a pesar 180 Kg!!
Estas, además del enorme tamaño de sus huevos.
Tienen un gran Talento.
Con su peso y altura pueden correr 70 km/h volviéndose inalcanzable para la mayoría de animales.
Es como una tanqueta, pero en rápido.
No es oro todo lo que reluce.
Tiene un inconveniente.
En ocasiones, el Avestruz se tira al suelo escondiendo su cabeza.
A este acto se le adjudica un adjetivo.
Cobarde.
Esta acción se ha convertido en un mito.
Este mito es tan poderoso que ha pasado a la psicología humana.
«Una persona que niega la realidad como el avestruz que esconde la cabeza.»
Los economistas Dan Galai y Orly Sade.
Aplicaron este mito a la actividad económica.
Lo llamaron el “efecto avestruz”.
Ojo!!
Lo que cuento ahora, seguro que te suena familiar.
Un sesgo cognitivo que describe cómo las personas evitan la información o las realidades negativas creyendo que así se esfumaran.
Este sesgo es peligroso en todos los ámbitos de la vida.
En los negocios.
En pareja.
En todo.
Resulta fatal.
Esta maravillosa táctica humana de meter la cabeza en la arena y esperar que los problemas desaparezcan por sí solos.
Imagina
Un empresario que no escucha a su equipo.
Un amigo que te debe dinero y se hace el tonto.
O un padre que se hace el longuis ante un problema familiar.
Pensamos que si no prestamos atención, el problema desaparecerá por arte magia.
En pocas palabras.
«Si no lo veo, no existe».
Conclusión:
Cojamos el toro por los cuernos!
Feliz día!
Luis